martes, 4 de febrero de 2014

Te conocí, Ismael Serrano

Te conocí viendo pasar 
trenes que nunca regresaban. 
Tú esperabas a otro hombre en la estación, 
parecías cansada. 
No supe qué decir. 
Se quedó un ángel 
dormido en mi garganta. 


Al fin el tiempo nos reunió 
como a planetas que orbitan. 
Coleccionabas soles, me dijiste, 
te enseñé mis heridas. 
Tú te soltaste el pelo 
y amarraste las horas con tu cinta. 


Y ahora te miro 
tras tantos años. 
Creo que aún te debo 
muchas canciones, 
regar las flores de tu regazo. 

El tiempo y sus mareas fueron 
meciéndonos con sus latidos. 

El fiero canto de un guerrero cisne 
anunciaba un nuevo siglo. 
Cayeron hombres, levantaron muros 
y aún seguías conmigo. 

Ahora te escribo esta canción. 
Madrid agita sus estambres. 
No puedo dar con el último verso 
y mi puerta se abre. 
Anda, ven a la cama, 
me susurras, ¿No ves que se hace tarde? 

Y ahora te miro 
tras tantos años. 
Creo que aún te debo 
muchas canciones, 
regar las flores de tu regazo.

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